Destruyendo el Mal con una Piñata.
El origen de la piñata es incierto aunque varias fuentes señalan a China. Lo que es seguro es que llegó a México con los españoles después de la conquista. Una vez más, el ingenio de los frailes franciscanos aprovechó este colorido artefacto de forma didáctica para explicar a los indios los beneficios que traería la eventual destrucción del mal, en este caso representado por los ídolos que ellos adoraban. Entonces las piñatas eran reproducciones de demonios que hoy solo sobreviven en la “quema del judas” durante Semana Santa en algunas poblaciones del centro de México.
Al correr del tiempo y ver la efectividad de las lecciones, los frailes trasladaron el ritual a otras celebraciones modificando las formas y el simbolismo. Fue así que en 1586 apareció la primera piñata de siete picos en una Posada del convento agustino de Acolman, Estado de México. Su simbolismo no es oficial pero en casi todo México se acepta que la olla representa el mal, los siete picos los pecados capitales, romperla con los ojos vendados es alegoría de la fe y los dulces la recompensa para quien logra vencer al mal.
Durante la primera mitad del siglo XX, con el desarrollo de los medios de comunicación y la popularización de los dibujos animados, los artesanos piñateros comenzaron a elaborar los personajes más populares que de inmediato se convirtieron en los invitados especiales de cumpleaños y hasta bodas. Sin embargo, para el modelado precisaron de materiales más maleables que el barro por lo que empezaron a usar periódico o cartón empapado en engrudo que al secar logra suficiente resistencia y dureza.
Es por ello que la piñata de barro es ahora algo poco común. La elaboración moderna no sólo es práctica sino que baja los costos de producción en gran medida. Una piñata comercial promedio se elabora con un molde de cartón en la forma deseada. El cartón se decora con papel de china, aluminio y otros adornos con los colores escogidos y cualquier pegamento. Una vez seca, se hace un hoyo en la parte superior para poder llenarla de dulces, frutas y regalos.
La piñata llegó a los Estados Unidos con la inmigración masiva de mexicanos durante el último cuarto del siglo XX. En este país la piñata de siete picos es un símbolo de identidad cultural más que religiosa y se usa en varias festividades a parte de las usuales, incluyendo el 5 de mayo y el 16 de septiembre.
Ya sea hecha de barro o papel endurecido, la Piñata es hoy por hoy el símbolo de la alegría y la hospitalidad del pueblo mexicano.