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Dibujando las fronteras de México

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La inestable situación de la corona española alrededor de 1820 propició que algunos realistas en la Nueva España reconsideraran su posición ante la guerra civil en la Nueva España. Agustín de Iturbide, al mando de un copioso ejército anteriormente realista, persuadió a los rebeldes para unírseles y consumar de una vez por todas la independencia de México, con un proyecto conservador que contemplaba la creación de una monarquía criolla.

Tras la victoria del llamado Ejército Trigarante sobre las fuerzas realistas españolas, México se convirtió en un imperio que abarcaba desde lo que hoy es Costa Rica hasta el estado de Oregon por el noroeste y el estado de Oklahoma por el noreste, gobernado por el emperador Agustín I. Un año después el Emperador abdicó cediendo a los reclamos de los liberales que pedían la creación de una república. Los liberales entonces decidieron que las provincias de Centroamérica eran libres de elegir su destino y éstas decidieron independizarse de México en 1824.

Por el contrario, los territorios del norte constituían una vasta tierra inhóspita, poblada acaso por 'bárbaros', por lo que los primeros presidentes promovieron el asentamiento de colonos estadounidenses en la provincia de Tejas. Algunas situaciones como la lejanía de la capital de la provincia (Saltillo) y el envío de exconvictos como colonos, provocaron el descontento de los nuevos Tejanos.

Finalmente cuando el temperamental presidente Santa Anna se declaró vitalicio y conservador, varias provincias declararon su independencia. Santa Anna emprende la guerra pero con gran parte del país en revuelta los colonos tejanos vencen fácilmente. El gobierno mexicano nunca reconoció su independencia por lo que en 1845 cuando los E.U. anexaron Tejas a su territorio, Santa Anna declaró la guerra a los EU.

La guerra duró dos años y terminó con la victoria de los E.U. sobre el desorganizado y desmembrado ejército mexicano al mando de Santa Anna. El presidente James Polk de los E.U autorizó el desplazamiento la frontera tejana del Río Nueces al Río Bravo y anexó los territorios del norte, que incluyen lo que hoy es Nuevo México, Arizona, California, Nevada, Utah, y parte de Oregon, Idaho, Wyoming y Colorado, como indemnización de guerra.